Dos duques, dos victorias: El legado militar de la Casa de Alba.

La Casa de Alba no solo ha sido protagonista en la historia de España a través de la cultura, la diplomacia o el mecenazgo. También ha desempeñado un papel fundamental en algunos de los episodios militares más decisivos de Europa. Desde el siglo XIX, esta casa nobiliaria se estructura en dos ramas principales, en cuyas raíces se representan dos figuras imprescindibles: Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, III Duque de Alba, y Jacobo Fitz-James Stuart, I Duque de Berwick.

Fernando Álvarez de Toledo y la victoria imperial en Mühlberg.

Conocido como el “Gran Duque de Alba”, Fernando Álvarez de Toledo fue una de las figuras militares más destacadas del siglo XVI. Nacido en 1507, sirvió fielmente al emperador Carlos V y más tarde a Felipe II, convirtiéndose en un símbolo del poder imperial de los Habsburgo.

Su momento de mayor gloria llegó el 24 de abril de 1547, cuando lideró las tropas imperiales en la batalla de Mühlberg, en el contexto de las guerras de religión del Sacro Imperio Romano Germánico. Allí, frente a las fuerzas de la Liga Esmalcalda, logró una victoria decisiva que reforzó el dominio católico en Flandes y consolidó la autoridad de Carlos V.

Más allá del campo de batalla, el Duque de Alba se convirtió en un mito, temido y respetado por igual, y su figura ha trascendido como uno de los grandes estrategas del Renacimiento europeo.

Jacobo Fitz-James Stuart: el mariscal que cambió el rumbo de España.

Casi dos siglos después, Jacobo Fitz-James Stuart se convertiría en el representante más destacado de la rama Berwick de la Casa de Alba. Hijo natural del rey Jacobo II de Inglaterra y primer Duque de Berwick, militar de formación francesa, su destino se cruzaría con el de la monarquía borbónica durante la Guerra de Sucesión Española.

El 25 de abril de 1707, como mariscal del ejército borbónico, Fitz-James Stuart lideró la ofensiva en la batalla de Almansa. Su impecable táctica y su capacidad de mando fueron clave para lograr la victoria frente a las fuerzas austracistas, asegurando así el trono español para Felipe V, el primer Borbón en reinar en España.

La victoria en Almansa marcó un punto de inflexión en la guerra y selló la fidelidad de la rama Berwick a la nueva dinastía. A partir de entonces, el linaje Fitz-James Stuart se consolidó como parte esencial de la Casa de Alba, aportando un legado militar de incuestionable valor.

"Jacobo Fitz-James Stuart, I Duque de Berwick" Benedetto Gennari. Palacio de Liria.

Dos ramas, un legado compartido

A través de estos dos hombres, la Casa de Alba se inscribe en la historia de Europa no solo como una institución nobiliaria de influencia, sino como protagonista directa de grandes decisiones militares que definieron el curso de naciones enteras.

Fernando Álvarez de Toledo y Jacobo Fitz-James Stuart son el reflejo de dos épocas, dos ramas, y un mismo espíritu de liderazgo y servicio. Dos duques que, con espada y estrategia, dejaron su huella indeleble en la historia.