historia

El Palacio de Liria
El Palacio de Liria es una de las residencias privadas más importantes de Madrid. Fue construido entre 1767 y 1785, por orden del III duque de Berwick y de Liria, don Jacobo Fitz-James Stuart y Colón. Esta obra monumental se la debemos principalmente al reputado arquitecto Ventura Rodríguez (1717-1785), quien sustituye a Louis Guilbert, completando así un edificio de estilo neoclásico, de planta rectangular, alargada y compacta en su interior. El arquitecto inglés Sir. Edwin Lutyens (1869-1944) planteó varias reformas, encargadas por el XVII duque de Alba, don Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó.
Los duques de Berwick
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y la construcción del Palacio de Liria
Los duques de Berwick y la construcción del palacio de Liria
«El Palacio de Liria fue el primer edificio de Madrid digno de armonizar con el Palacio Real», destacó don José Manuel Pita Andrade, exdirector del Museo del Prado y conservador de la Casa de Alba. Aunque esa comparación hacía referencia a la condición neoclásica de ambos edificios, existen importantes variantes entre ambos. A diferencia de otros palacios y mansiones madrileñas, el palacio de Liria no fue construido próximo al paseo del Prado, sino a las afueras de la ciudad, cerca de la puerta de San Joaquín, que marcaba el límite de Madrid por el noroeste y vecino al cuartel de la guardia de Corps, posteriormente denominado del Conde-Duque en honor al III duque de Berwick y XIV conde de Lemos, constructor del palacio de Liria. Otra diferencia es que su fachada en vez de estar orientada directamente a la calle se rodeó de jardines.La iniciativa corrió a cargo de Jacobo Fitz-James Stuart, III duque de Berwick, linaje cuya ascendencia se remontaba a la monarquía inglesa. Nieto del distinguido mariscal de Berwick, Jacobo Fitz-James, hijo natural del rey del Inglaterra, Escocia e Irlanda, Jacobo II Estuardo, y de Arabella Churchill, hermana del I duque de Marlborough, John Churchill.

SABER MÁS

El mariscal de Berwick fue educado en Francia, después de que su padre fuese destronado tras «Revolución Gloriosa» en 1688, y posteriormente mandó al ejército franco-español en la Guerra de Sucesión Española en apoyo del candidato al trono Felipe de Anjou, bisnieto del rey Felipe IV de España y nieto de Luis XIV de Francia, quien se asentará tras la guerra como Felipe V. Como premio a sus servicios y triunfos militares —el más sonado fue la decisiva victoria en Almansa (1707)—, el rey le concede el mayorazgo y título de duque de Liria (localidad valenciana), de donde toma prestado su nombre el palacio.A partir de ese momento, los duques de Berwick y Liria se asientan en España. Su residencia principal será el nuevo palacio de Liria, encargado por el III duque, Jacobo Fitz-James Stuart y Colón, hijo del homónimo y de la duquesa de Veragua, heredera directa de Cristóbal Colón, motivo por el cual hoy se custodia en el archivo de la Casa de Alba el mayor conjunto de autógrafos originales del Almirante.
Cuando se inician los trabajos de construcción del Palacio de Liria, el joven duque residía en París, y elige al arquitecto francés Guilbert para ejecutar los trabajos, aportándole a la nueva mansión características técnicas y estilísticas de los hôtels parisinos. El marqués de San Leonardo, hermano del duque, supervisó las obras y mantuvieron una interesante correspondencia que es hoy aprovechada por los expertos en esta materia. Pero el arquitecto francés es sustituido a principios de la década de 1770 por Ventura Rodríguez, quien corrige algunos errores técnicos y prácticamente remata la construcción. Tanto el duque de Berwick como el arquitecto de Ciempozuelos, morirán sin verlo concluido. Fue Blas Beltrán Rodríguez, primo de Ventura, quien lo concluye, dando como resultado un bello palacio de marcado estilo neoclásico, de forma rectangular, con un cuerpo bajo almohadillado que sirve como basamento de las columnas y pilastras toscanas que abarcan dos plantas. Los jardines delantero y trasero, diseñados a la manera europea, sufrirán variaciones con el tiempo fruto de los cambios de moda. El frontal inicialmente era una plazuela tipo patio de armas, denominada «Plaza del duque de Berwick» en los planos de Madrid del siglo XVIII. Posteriormente se colocan árboles y se convierte en jardín. Hoy su estética es de estilo romántico inglés, compuesto de un prado central con centenarios magnolios, cedros, castaños, tejos o cipreses y rodeado de caminos, mientras que el trasero, fue rediseñado en 1916 por Jean-Claude Nicolas Forestier, recuperando la impronta clasicista que formaban el parterre, la fuente central y arboledas decoradas con esculturas antiguas y modernas.

Guerra Civil
Guerra civil
Durante la Guerra Civil Española, el palacio de Liria es confiscado, y su dueño, el XVII duque de Alba, abuelo del actual duque don Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, se traslada a Londres para servir como embajador. En noviembre de 1936, la desastrosa guerra se ceba con el palacio. Liria fue bombardeado y saqueado. Solo se mantuvieron sus cuatro fachadas, pero las pérdidas del interior fueron cuantiosas. Las principales obras artísticas pudieron ser salvadas gracias a la labor de la Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico de la república española, organismo creado al principio de la guerra para hacer frente a los saqueos y destrucciones. La mayor parte de la colección de pintura viajó junto a los cuadros evacuados del Museo Nacional del Prado, a la sede de la Sociedad de Naciones de Ginebra, con previa estancia en Valencia, donde se expusieron sus colecciones. Mientras que muebles, documentos y libros de vitrinas, y otras obras artísticas fueron guardadas en diferentes lugares de Madrid, como el Banco de España, la embajada inglesa o la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, entre otros muchos lugares. Las tareas de recuperación comenzaron tras la contienda, alargándose más de 15 años. Aunque la mayor parte de la colección de pintura se salvó, en el incendio se perdieron más de setenta cuadros, muebles, lámparas, alfombras y otros muchos objetos. Respecto a los ricos fondos documentes, prácticamente todo el archivo administrativo sucumbe al fuego, lo que suponía aproximadamente el noventa por cierto del archivo y más del cincuenta por ciento de los libros de la biblioteca.
Reconstrucción
Reconstrucción
Finalizada la Guerra Civil, y tras cumplir con su misión en la embajada española en Londres en 1945, el XVII duque tomó la decisión de reconstruir el palacio. Para liderar esa titánica labor se decantó por el notable arquitecto inglés Sir. Edwin Lutyens, famoso por sus trabajos en el Reino Unido, y sobre todo por el diseño de la ciudad de Nueva Delhi. A este arquitecto le debemos algunos elementos novedosos de la construcción como el actual zaguán principal, la escalera o la capilla. Lutyens fallece en 1944, por lo que solo pudo trabajar en los planos. Los trabajos los ejecuta el arquitecto español Manuel Cabanyes, añadiendo algunas modificaciones a los planos de su predecesor. Las obras se iniciaron en el año 1948 y concluyen en 1956, pero el fallecimiento de don Jacobo tres años antes, le impidió verlo terminado. Fueron los XVIII duques de Alba, doña Cayetana y don Luis Martínez de Irujo quienes, con mucho esfuerzo y dedicación, lo culminan y lo redecoraron. Además, amplían la colección de pintura, muebles y otros elementos decorativos, enriqueciendo la colección existente, pero, sobre todo, devuelven al palacio de Liria su esplendor de antaño. Hoy es la residencia del XIX duque de Alba, don Carlos Fitz-James Stuart, y sede de la Fundación Casa de Alba, y es de los edificios arquitectónicos más importantes de Madrid, albergando una de las colecciones de arte privadas más destacada del mundo.
Sus colecciones
Histórico-Artísticas
En el Palacio de Liria se puede vivir la historia de uno de los más distinguidos linajes de España a través de documentos, cuadros, esculturas, tapices y otras obras que en él se conservan. Al recorrer sus salones es posible sentir la huella de los siglos pasados, y conocer, no solo la historia de una de las familias más notorias de España, sino que también algunos de los acontecimientos más importantes de nuestro país y del mundo.

SABER MÁS

La colección histórico-artística fue incorporándose gracias a la labor de mecenazgo y coleccionismo de los duques de Berwick y Alba durante más de quinientos años. El origen de las colecciones del Palacio de Liria responde a los refinados gustos y aficiones culturales de sus habitantes, quienes buscaron objetos artísticos para decorar sus palacios. Pintura, escultura, tapices, muebles, grabados, documentos y libros, además de un amplio conjunto de porcelanas y artes decorativas, se reparten por los diferentes salones para ser admirados por sus propietarios y visitantes, permitiendo disfrutar de una colección única. Del conjunto completo, destacan grandes maestros de la pintura como Goya, Velázquez, Murillo, Zurbarán, Greco, Ribera, Rubens, Tiziano, Palma el Viejo, Brueghel de Velours, Madrazo y Winterhalter. Grandes personalidades de la cultura, las artes y la política han visitado este palacio, como Cole Porter, Arthur Rubinstein, Howard Carter, Winston Churchill, Theodore Roosevelt, Oscar Wilde, Igor Stravinski, Ortega y Gasset o Charlie Chaplin.

Goya
Fundación
Casa de Alba
La Fundación Casa de Alba, presidida por el XIX duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, y con apoyo de sus dos hijos como patronos, Fernando, duque de Huéscar y Carlos, conde de Osorno, ha dedicado grandes esfuerzos a la difusión y a la apertura de la colección Casa de Alba junto con sus palacios, residencias actuales del duque, para ofrecer la posibilidad de disfrutar y conocer su legado. El duque de Alba defiende una política de apertura y cercanía de la Casa de Alba con la ciudadanía de Madrid, de España y de cualquier visitante movido por inquietudes culturales. La Fundación fue creada tras varios años de trabajo en 1973 por sus padres, los XVIII duques de Alba, don Luis y doña Cayetana, quienes iniciaron con este paso la labor de conservación y difusión de las colecciones histórico-artísticas.